Siempre me ha gustado la fotografía, es algo que disfruto
desde que tuve acceso a mi primera máquina fotográfica marca Diana :), pasando por la
Polaroid, Kodak, Agfa, etc., hasta llegar a la digital.
Aún cuando es interesante y cómodo guardarlas en el computador,
o en alguna carpeta o álbum de la web, prefiero tener mis álbumes a la antigua.
Es por ello, que antes de partir desde mi lejana tierra,
hacia el lugar en donde vivo hoy, dediqué tiempo para ordenar y reforzar mis
álbumes fotográficos, desarrollando y tomando fotografías a personas y lugares
que cuentan con mi afecto, o fueron o son parte de mi historia.
Y fue una excelente idea, algunas tardes, junto a mi
compañero de vida, nos sentamos a recordar los nombres, las situaciones o
lugares que nos recuerdan una diversidad de momentos vividos.
Y cuando tuve un encuentro en Internet con la frase del
recuadro, me emocioné, que sabias palabras, no todos los recuerdos están
plasmados en una fotografía digital o de papel, creo que el mayor porcentaje
está grabado solo en nuestra memoria, y al activarse mi chip mental, danzan las
imágenes y salen a borbotones transformadas en relatos del alma, es increíble
cómo nos divertimos, nos emocionamos, y
volvemos a vivir hermosos momentos de épocas pasadas.
Los recuerdos son parte de nuestra vida, son parte de la
historia del ser humano, y reitero lo que expongo en mi antiguo Blog
(http://frasesapuntaditas.blogspot.com):
¿Qué es un ser humano sin historia?
Los recuerdos los atesoro, esto no significa que viva en el
pasado, los atesoro porque me permiten hoy, disfrutarlos con las vivencias del
presente.
Tal vez, no tuve una vida como Pablo Neruda, pero todo esto
me lleva a analizar mi vida, llegando a la conclusión de que como él debo
confesar, que sí he vivido.
¡Y vaya que he vivido!
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